Guillermo Defossé es consultado por Le Monde sobre el incendio del Parque Nacional Los Alerces

El incendio que desde hace dos semanas consume parte del Parque Nacional Los Alerces, Patrimonio Mundial de la Unesco, mantiene en vilo a las autoridades locales. Guillermo Defossé, secretario de Ciencia y Tecnología de Chubut, ha sido una pieza clave analizando el comportamiento del fuego y las complejidades para contenerlo. Por este motivo, el diario francés Le Monde le consulta en esta nota que traducimos a continuación.


Argentina: en la Patagonia, un parque clasificado por la Unesco presa de las llamas

Desde el 25 de enero, un incendio asola una parte del parque nacional Los Alerces, clasificado como Patrimonio Mundial por la Unesco. Según las autoridades, el origen del incendio, que ya ha quemado más de 3.000 hectáreas, es criminal.

Por Flora Genoux (Buenos Aires, corresponsal) Publicado hoy a las 11:00, modificado a las 14:56 – Lectura 3 min.

En el Parque Nacional Los Alerces, en la provincia de Chubut (Argentina), 26 de enero de 2024. AFP

Desde el 25 de enero, una parte del gigantesco parque nacional argentino Los Alerces -nombre de un árbol endémico (Fitzroya o ciprés de la Patagonia) que puede medir hasta sesenta metros de altura- está siendo devorado por las llamas. Este parque es el orgullo de la provincia de Chubut (sur del país).

En 2017, este bosque patagónico andino de más de 250.000 hectáreas que alberga al «Abuelo», un árbol de unos 2.620 años, se unió a la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

En total, han ardido más de 3.000 hectáreas, según las autoridades, la mitad en el parque nacional y el resto en una zona limítrofe de la provincia de Chubut. Diez días después, el domingo 4 de febrero, el incendio seguía fuera de control, movilizando a más de 260 bomberos. Las perspectivas seguían siendo sombrías, ante el aumento de las temperaturas y los fuertes vientos.

“Es triste. Ninguna persona viva hoy en este planeta podrá ver este bosque tal como era antes del incendio. Algunos árboles tardarán entre ochenta y ciento treinta años en crecer por completo», lamenta el administrador del parque nacional, Danilo Hernández Otaño. «Ningún árbol alerce se ha quemado», completa.

Una serie de factores han hecho particularmente difícil la lucha contra las llamas. Empezando por las altas temperaturas, que superaron varias veces los 30°C. La Patagonia argentina, normalmente caracterizada por veranos templados, sufrió una ola de calor histórica a finales de enero, con un récord de 36,4°C alcanzado en la ciudad de Bariloche el 22 de enero. Ahora bien, «las altas temperaturas, favorecidas por el cambio climático, ayudan a propagar los incendios», señala Hernán Giardini, coordinador a cargo de la temática bosques en Greenpeace Argentina.

La línea de fuego cambia

En el Parque Nacional Los Alerces, en la provincia de Chubut (Argentina), 26 de enero de 2024. MARTIN LEVICOY / AFP

Sobre todo, han soplado fuertes vientos en el parque nacional Los Alerces, con ráfagas de hasta 75 km/h. «Además de esto, los vientos han cambiado de dirección, soplando desde el norte y desde el oeste. La línea de fuego cambia y esto dificulta la lucha. También pudo impedir que los aviones bombarderos despegaran», informa Guillermo Defossé, secretario de Ciencia y Tecnología de la provincia de Chubut e ingeniero especialista en ecología del fuego.

El 29 de enero, la Unesco anunció su «preocupación» por el incendio. «Las sucesivas glaciaciones han moldeado el paisaje de la región creando elementos espectaculares como morrenas, circos glaciares y lagos de agua clara», describe la agencia de Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura en un comunicado. «Este sitio es vital para la protección de algunas de las últimas porciones del bosque continuo de la Patagonia en un estado casi intacto y constituye el hábitat de varias especies endémicas y amenazadas de flora y fauna», continúa la Unesco.

«El origen del fuego es intencional», asegura el servicio de manejo del fuego de Chubut, basándose en las características del inicio del incendio, en dos puntos simultáneos. En otras regiones del país afectadas en los últimos años por incendios (el Noreste argentino y la región de Córdoba en el centro del país), las sospechas recaen en general sobre proyectos inmobiliarios o de cría de animales. «Ahora bien, en el parque nacional Los Alerces ningún proyecto de este tipo puede llevarse a cabo», recuerda Guillermo Defossé. Se ha abierto una investigación.

Clima mediterráneo

«En Argentina, el 95% de los incendios forestales tienen un origen humano, intencionado o relacionado con alguna imprudencia como una colilla de cigarrillo o una barbacoa mal apagada», señala la abogada Ana Di Pangracio, directora adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales. Independientemente de su causa, estos incendios afectan particularmente a la Patagonia andina cada verano. «Allí se encuentra un «clima mediterráneo». Llueve en invierno, luego llega un período de sequía, lo que genera una biomasa más inflamable. En este sentido, son incendios similares a los que pueden sufrir el sur de Francia, España, Grecia», contextualiza Guillermo Defossé.

Según el Ministerio del Interior, la temporada de verano sigue caracterizándose por un mayor riesgo de incendios, en la Patagonia y en la Pampa (centro-este de Argentina), con temperaturas elevadas. «Argentina tiene una visión centrada en la lucha belicosa contra los incendios. Pero hay que hacer prevención sin falta, sensibilizar a la población sobre comportamientos imprudentes», insiste Ana Di Pangracio. En el parque nacional Los Alerces, las autoridades mantenían los ojos puestos en las previsiones meteorológicas, depositando muchas esperanzas en posibles lluvias para el martes.

Flora Genoux (Buenos Aires, corresponsal)


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