Patricia Isabel Olivera
Patricia Isabel Olivera
Escarabajos tenebriónidos y desechos de hormigas podadoras como herramientas para tratar residuos orgánicos domiciliarios y como enmienda orgánica del suelo en el noreste de la Patagonia.
Los insectos están entre los organismos más diversos y numerosos del planeta, cumpliendo importantes roles en todos los ecosistemas. La actividad de estos organismos es especialmente importante en la Patagonia árida, ya que son buenos indicadores de cambio ambiental, controlan especies vegetales exóticas y aportan nutrientes esenciales al suelo. Sin embargo, estos organismos continúan siendo considerados como perjudiciales y peligrosos por la mayoría de las personas. Este es el caso de las hormigas podadoras (Formicidae: Attini) muy comunes en la región y consideradas entre las mayores plagas agrícolas. Sin embargo y contrariamente, la actividad de estas hormigas concentra grandes cantidades de desechos orgánicos que incrementan los nutrientes del suelo. En el noreste del Chubut, Acromyrmex lobicornis Emery es la hormiga podadora más abundante, sus nidos de gran tamaño y longevos, tienen grandes basureros. Estos desechos, por ser más ricos en carbono orgánico, nutrientes y tener mayor capacidad de retención de agua que los suelos adyacentes al hormiguero, son aprovechados para mejorar el suelo por agricultores informales de varios países de américa, incluidos los pobladores de la meseta chubutense, pero las implicancias de esta técnica en la calidad del suelo y en la agricultura no han sido evaluadas formalmente. Al mismo tiempo, la creciente urbanización/industrialización de esta región trae aparejadas importantísimos problemas ambientales relacionados con la necesidad de producir mayor cantidad de alimento y la consecuente acumulación de grandes cantidades de residuos sólidos urbanos (RSU). En este sentido se estima que solo la comarca Virch-Valdés genera mensualmente más de 5000 toneladas de RSU y que el 50%, que proviene de desechos alimentarios y residuos de poda y jardín, termina en el suelo sin tratamiento alguno en forma de relleno sanitario junto a otros desechos peligrosos. Los escarabajos tenebriónidos (Tenebrionidae), muy abundantes y diversos en la región, se alimentan de restos vegetales en descomposición y han demostrado aportar importantes nutrientes al suelo. Entre ellos destaca Scotobius pirularius Germar, muy abundante en todos los ambientes urbanos de la comarca. Así este proyecto propone principalmente: A- Determinar la habilidad del coleóptero S. pirularius para reciclar parte de los RSU generados en la región a través de la producción de compost; B- Evaluar la capacidad que tienen los depósitos de basura de los nidos de la hormiga A. lobicornis para mejorar el suelo utilizándolo como enmienda orgánica; C- Transferencia de estas técnicas a la sociedad a través de talleres.
Palabras claves: